jueves, 17 de abril de 2014

Luis Gabriel


Tres hijos naturales y dos hijos de crianza más tarde, así como seis nietos y un bisnieto adicional, a los que les añadí una gran variedad de sobrinos, ahijados, sobrinos-nietos y una extensa parentela, consideré me daban los méritos para distinguirme como un experto de la crianza; pero nada más lejos de la verdad...cuando pensaba que Luis Esaí era el más reciente y ...como dice...Culebro en su personaje: "se acabos..." estaba equivocado porque de repente llegó Luis Gabriel. Y lo hizo precisamente el dia en que junto a su abuela y su hermano mayor, salíamos para la ciudad de New York.

No fue hasta cinco días más tarde que le conocimos a través del cristal del "nursery" y nos percatamos que era un gigante en comparación a los que le precedieron...y siguió creciendo como se esperaba...

Este fin de semana le conocí directamente y de manera muy singular y especial...nos quedamos con él en mi casa mientras su Mamá se quedó cuidando a su hermano Luis Esaí en un hospital...y todo fluyó bien...bien hasta el sábado a las tres de la mañana, cuando se despertó llorando y ella me dijo: "tiene frío y posiblemente esté orinado y además tenga hambre..."
Pero ella en un santiamén, le quitó el pañal desechable, le limpió con un chups; le puso crema; le puso otro pañal. ..le cambió la ropa, me lo puso en los brazos y se fue a prepararle el biberón de leche; mientras tanto yo me fui con él al que era el sillón de PAPY...y no bien había dado dos mecidas, ella llegó con aquello que llamó: la botella de leche...

¿qué era aquello?...la leche que yo conozco es blanca, pura, con frescura asegurada...la mejor leche que se elabora en Puerto Rico: ¡leche fresca Tres Monjitas!...pero esta no es leche blanca...es una leche color tiza...con un fuerte olor. Y cuando pregunté me dijo: "es leche Similac". Y comencé a torturarlo dándole aquel mejunje...era, desde mi perspectiva un castigo cruel e inusitado. Y lo interesante del asunto es que él la engullía con rapidez, con fuerza como evitando que nadie se la fuera a quitar...lo que el no sabe, porque su edad no le permite saber otra cosa es que nadie, en su sano juicio le entraría esa botella de Similac.

Eso pensaba yo ; pero no bien había tomado un poco de esa botella, comenzó a "hipiar" y ella me dijo: "parece que tiene un gas...dale unas palmaditas en la espalda y cuando lo expulse...continúa dándole la leche; y yo, como ente disciplinado lo hice y en ese preciso momento y sin encomendarse a nadie...expelio un gas "erupto," de fuerte olor (nauseabundo) y lo peor del caso...fue que me lo tragué. ..se me voltearon los ojos...me pareció que estaba exorcizado...y ella me dijo...ponlo de pié y sigue dándole golpecitos en la espalda...y lo hice y de repente escuché un ruido estomacal que golpeó mi vientre...y hubo un escape por el tubo trasero...

Y ella, que tiene un oído sensitivo me dijo: ¡mira a ver si hizo caca!...¡error!
Como militar disciplinado que fui introduje mis dedos en el pañal y sucedió lo inesperado...mis dedos "se embarraron en una sustancia semi sólida. ..parecida a mostaza y de un profundo olor nauseabundo...y grité. ..y ella vino y lo tomó en sus brazos y mientras se reía burlonamente...le hacia gracias a su nieto...que me golpeó lastimosamente. ¡me cagó!

Corrí hacia el baño, abrí la pluma del lavamanos y recordé a mi amigo el Dr. Rafael Pérez , que tuvo un paciente que no le gustaba bañarse pero que era un hipocondríaco y el Dr. Pérez le emitió una receta en latín: "lux saponis repetatus..." (me explicó lo que quería decir: use jabón de baño marca lux y repítalo---o sea, báñese dos veces al día)...y me lavé con jabon lux, y con palmolive y con jabón de castilla y me sequé las manos...y volví a coger a Luis Gabriel...pero juro que no volveré a meter la mano en su pañal.


NOTA: Publicado originalmente en Facebook el 17 de noviembre de 2013 

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