jueves, 17 de abril de 2014

El sillón de Papi


Tú me conoces bien. Luego de tantos años juntos sabes que no me gustan las antigüedades y has respetado mi parecer sobre el particular. Pero yo sé que a ti te gustan mucho y siempre te las arreglas para convencerme de la conveniencia de tenerlas. Me hablas sobre la importancia de los muebles "Isabelinos" y de los llamados "Chippendale" y también me hablaste de otras tantas piezas que son de tu agrado.


Muy hábilmente re has encargado que nuestra hija mayor y nuestro hijo mayo y su esposa sean fanáticos de esos muebles, mientras que por mi parte logré convencer al menor y a su esposa que al igual que yo, no seamos fanáticos de esos muebles. A nosotros nos gustan más los muebles modernos..

Recuerdo que hace un tiempo que por poco me convences para que te regalara un juego de cuarto muy antiguo, que según investigaste tenia mas de cien años de construido y te lo vendían en un precio especial...la verdad es que el condenado juego de cuarto se veía muy bonito, cómodo y fuerte, pero yo jamás me visualicé durmiendo en él. (Sabes Dios ¿cuántas personas durmieron y murieron en esa cama...con todo y pilares y cenefas y credenzas? )...Yo no iba a dormir allí y antes de que sus argumentos me convencieran...me fui hasta Sears de Plaza Las Américas y compré un juego de cuarto nuevo...con cama de pilares, tocador femenino, mesitas de noche, gavetero para hombre y hasta una pequeña escalerita para subir a la cama. Lo pagué al contado con la sola condición que lo entregaran el mismo día, y así lo hicieron.
Al principio se molestó, pero poco a poco le fue gustando el dicho juego de cuarto y el tiempo logró que se olvidara de aquella pieza de colección propia de un museo.

Tu sabes de mi aversión, pero en ocasiones haces tus mejores esfuerzos y logras convencerme para adquirir piezas antiguas, como lo fue el fonógrafo de manigueta que le compramos a Doña Nilda, la de la casa de antigüedades de Añasco , que fue un juguetito para mí. También me imagino que estas convencida que estoy cediendo, puesto que sabes de mi pasión por coleccionar música del ayer, especialmente en discos de acetato...y recuerdas mi afán por coleccionar pipas (cachimbos) y los llamados "mugs" de cerveza que tantos tenía; pero tú has sido mi cómplice en ese proceso; pero que quede claro...no soy amante de las antigüedades (exceptuando las ya indicadas, que son mías).

Recuerda que no es lo mismo ni se escribe igual: coleccionar antigüedades, que coleccionar cosas viejas; y que cada cual lo interprete a su modo o conveniencia.

Pero aunque he sido pertinaz en mi posición tengo que reconocer que en días pasados me sorprendiste gratamente al r egresar de mi trabajo y luego de los saludos de rigor, ir a mi oficina y dejar mi maletín de trabajo, cambiarme de ropa y ponerme cómodo para ver el Noticiero de WAPA televisión esperando me sirvieras la comida, cuando de repente me fijé en el rincón derecho del " family" y allí estaba el sillón de Papi. El viejo sillón en el cuál esperaba y esparcía su tiempo libre...descansando de no hace nada en su retiro laboral...leyendo el periódico. ..pensando en la vida pasada que se le escaba como resultado de la enfermedad del cáncer pulmonar que le afectaba y que finalmente..le ganó la batalla por la vida.

¡El viejo sillón de Papi! ¡el viejo sillón del viejo!...el sillón que todos sus hijos peleábamos por poder sentarnos en él (cuando él no estaba en la casa) y e nel que al momento de nacer nuestra hija mayor, su primera nieta...él lo compró para dormir a la nena.

De improviso pasaron muchos recuerdos por mi mente. ¿cómo es posible que un objeto...un mueble puede traernos vivencias de hechos y situaciones pasadas? ¡de hechos perdidos en el recuerdo!

El mismo sillón donde dormimos y el2 durmió a todos nuestros hijos...y a nuestros hijos de crianza (los hijos de tu hermana, que además son nuestros ahijados, ...el sillón dónde nos reunimos con los muchachos ya adolecentes para verlas peleas de boxeo y de lucha libre que les apasionaba y todos querían sentarse en el sillón, pero por el privilegio de ser el padre y ser el hijo mayor de mi papá, tenía el derecho a sentarme allí y disfrutarlo...

El mismo sillón en el cual, con el correr de los años y sin la presencia de mi Padre.

NOTA: Esto fue escrito en febrero de 2003 pero lo publique en Facebook el 13 de noviembre de 2013

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